Los nuevos paradigmas del desarrollo parten de la necesidad de crear y mejorar capacidades locales para gestionar y comunicar conocimientos que permitan transformar los sistemas productivos fortaleciendo la organización interna a través de redes sociales, presenciales y cibernéticas, que se traducen en engranajes de confianza mutua e impulsan la creación de cadenas de valor para aprovechar las singularidades existentes en las diferentes unidades territoriales del país y su conexión con otros territorios subnacionales de la región centroamericana.
La interconexión y la interactividad del turismo favorecen la conexión de acciones individuales y colectivas en una escala geográfica reducida para generar innovaciones basadas en la diferenciación. De esta manera, el turismo no solo constituye una estrategia para el desarrollo económico, social y ambiental por su capacidad para generar ingresos y empleos; sino también, como un eje articulador de los encadenamientos productivos en el ámbito local y territorial.
El desarrollo local tiene varias dimensiones que deben tomarse en consideración, el carácter político, económico, social, institucional y cultural aspectos que se interrelacionan dentro de un territorio definido, elementos a tomar en cuenta para lograr un desarrollo integral. al mismo tiempo, es un proceso que está orientado a la participación ciudadana, la cooperación y negociación entre los actores claves que actúan territorialmente.
Es así en El Salvador, debe trabajarse desde diferentes escalas de localidad geográfica: microrregión, región, municipio, departamento, conectados unos con otros en si acorde a sus particularidades, es decir una zona con características comunes que pueden ser ambientales; cultura autóctona, cuencas o ecosistemas, materiales como infraestructuras, o relacionados con grupos étnicos o con características sociales específicas que requieren una gestión particular.
El turismo es una de las actividades económicas más significativas que poseen los países y un potencial natural en sus diversas comunidades, tanto en el área urbana como en lo rural, de la misma forma, se constituye en motor del crecimiento económico y del desarrollo local, según la UNCTAD para marzo 2019 esta actividad económica aportó alrededor de 10.4% del Producto Interno Bruto a nivel mundial, sin embargo, la pandemia del Covid19, impacto las economías en todo el mundo, afectando prioritariamente la empleabilidad con mayor incidencia en nuestros países.
Los efectos post pandemia produjo pérdida de empleos en todo el mundo, obligando a las personas a reinventarse e innovar nuevas formas de subsistencia desde sus propios hogares, de igual manera, los microempresarios se vieron en la necesidad de innovar o reinventarse para comercializar sus productos y servicios con la finalidad de evitar el cierre de sus empresas.
Esta crisis mundial obligó a los gobernantes en los países a tomar las medidas económicas orientadas a la reapertura económica apegadas a la realidad y condiciones socioeconómicas, esta situación, en particular impulsó a los gobiernos a definir estrategias graduales de reactivación económica, con el propósito de afrontar el desequilibrio y reducción del comercio internacional que redujo las importaciones y exportaciones en nuestros países, además, generó la pérdida de los empleos formales e incremento el empleo informal.
Por otro lado, el confinamiento de las personas obligado como medida preventiva para reducir los contagios, produjo a nivel psíquico altos niveles de stress, motivo por el cual, en la reapertura económica las personas se decantaron por buscar lugares turísticos locales para despejar y liberar esos niveles de stress, incrementando de alguna manera el turismo interno.
En la reactivación económica post pandemia covid19, se incrementaron actividades relacionadas al modelo de economía naranja, visualizado como un eslabón dinamizador en el turismo. ¿Y a que se refiere este modelo? Son las “oportunidades de producir riqueza basada en el talento, la propiedad intelectual, la conectividad y la herencia cultural de la región”.
La industria creativa y cultural generadora de nuevas oportunidades se constituye en eslabón dinamizador del comercio y desarrollo local, aprovechando los recursos naturales y humanos existente en cada región para generar empleos , según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el comercio de bienes y servicios creativos aún permanece invisibilizado en las políticas de desarrollo económico de los países, aún no perciben el volumen de riqueza y el conjunto de oportunidades infinitas, para la generación y expansión de negocios, empleos y desarrollo económico social, estos elementos se constituyen en el corazón de la economía naranja, que se identifican con: el Talento Humano, la Creatividad, la Conectividad y la Cultura Autóctona, entre otras, por lo tanto, reiteramos que la región centroamericana posee amplios recursos naturales que pueden contribuir al desarrollo endógeno acorde a sus propias particularidades.
Según, estimaciones del BID antes de la pandemia COVID 19, las industrias culturales y creativas generaban anualmente 1.9 millones de empleos, e ingresos superiores a 175 mil millones de dólares, por consiguiente, nuestros países en sus políticas públicas deben apostar a impulsar la innovación tecnológica, la creatividad y el emprendimiento, como estrategia que transformará la productividad, la empleabilidad y mejora la calidad de vida en nuestros países, esto implica que las empresas a la hora de seleccionar a sus empleados, obviamente, priorizaran aquellas habilidades del talento humano técnicamente calificado, garantiza así poner al servicio el conocimiento y aprovechar las oportunidades infinitas de hacer negocios, crecimiento y desarrollo de las empresas.
En las últimas décadas el comercio de bienes y servicios creativos ha experimentado un auge significativo, la reestructuración del comercio prioriza aquellos sectores económicos que asuman como materia prima los potenciales naturales existentes en la región generadora de empleo local principalmente para mujeres y jóvenes, la globalización ha transformado el modo de gestión y gerencia empresarial, la tendencia se orienta a producir lo que el mercado necesita con eficiencia y efectividad.
En la actualidad, la reinvención empresarial es fundamental tienen la ventaja posee los azimuts empresariales de economía social y solidaria, que genere ese desarrollo endógeno de las localidades que dependen de los micro emprendimientos, como administradores podemos diseñar nuestros modelos empresariales articulados hacia la consecución de objetivos trazados en los ODS, en lo referido (al crecimiento económico inclusivo y sostenible, consumo y producción sostenibles, uso sostenible de los océanos y los recursos marino), darán como resultado la creación de la riqueza local y regional, pasando a un nivel de independencia y creando una forma nueva de gobernanza.
Ponencia en Congreso Internacional CLAD, Perú, Julio/2021. Primera parte.