Redacción: con detalles infobae.com Fotos: Reuters
El tenista suizo Roger Federer vivió una despedida cargada de emoción durante la Laver Cup que se llevó a cabo en el Arena O2 de Londres, este fin de semana. Se retiró del tenis profesional pero antes se dio el gusto de jugar su último partido acompañado del que supo ser su máximo rival deportivo, Rafael Nadal.
Pese al duelo, que terminó en derrota contra la dupla Sock-Tiafoe por 4-6, 7-6 y 10-9, ambos se mostraron muy felices al punto de acabar la jornada entre lágrimas en una imagen que recorrió el mundo.
Nadal habló con varios medios españoles a quiénes comentó que fue en diálogo con ellos que reveló cómo fue el llamado del suizo que cambió por completo sus planes.
“Me llamó unos diez días antes y fue una conversación difícil”, explicó el balear al programa radial haciendo referencia a la situación personal que está atravesando y que complicaban su presencia en la Laver Cup. “Que él quisiera pasar su último momento conmigo ha sido un gran honor”.
El tenista español añadió: “Él me lo dijo diez días antes de anunciarlo, pero no sabía siquiera si podía jugar el doble, por la rodilla. Emplazamos la conversación una semana después, y él también sabía que yo, por mi situación, no puedo estar mucho tiempo fuera de casa. Lo único que le pude decir es ‘confírmame que vas a jugar para gestionarlo todo, y por poco que pueda, estaré contigo, juegues o no juegues’”.
Cabe destacar que el manacorí está en la dulce espera del nacimiento de su primer hijo con Xisca Mery Perelló. Todo parece indicar que el bebé nacerá en los primeros días de octubre. Por ese motivo, tras estar presente en la primera jornada, Rafael Nadal abandonó Londres para estar con su esposa.
“Fue una combinación de sentimientos. Tenía ilusión y motivación por jugar el partido y nervios porque era un momento especial”, explicó el tenista de 36 años sobre el hecho de compartir dupla con Federer y agregó: “Se va uno de los mayores iconos de la historia del deporte”.
Sobre la emotiva imagen que se volvió viral en la que se veía a ambos referentes llorando de la mano, reconoció que, “no quería llorar, pero soy una persona sensible y al verle así se me hizo muy difícil”, mientras que en el programa de Cope insistió: “Cuando llegué a mi habitación, me volví a emocionar. Pero por lo que se vivió en aquella noche, fue difícil no emocionarme”.
Con respecto a su rivalidad, Nadal lo tiene claro: “Nuestros partidos eran diferentes, lo que se respiraba en el ambiente eran sensaciones distintas a lo que ocurre en cualquier otro partido. Eran momentos muy especiales. Hemos sabido vivir la rivalidad y vivirla bien. Hemos entendido que la relación personal era más importante que cualquier otra cosa”.
En ambos medios habló acerca de su retiro:” Aunque mi físico en los últimos tiempos no haya funcionado en el día a día, mi cabeza me dice que aún quiero seguir”.
“Sé que el momento de mi retirada llegará dentro de ‘x’ o de ‘x’ más un poquito, pero con 36 años y medio estamos en la recta final de mi carrera. Pero ahora ni me lo planteo ni me lo quiero plantear. Mi emoción no era culpa de eso, sino por el aprecio que siento hacia Federer”, comentó.