En El Salvador, así como en la mayoría de los países centroamericanos, estamos ya costumbrados ver de forma “normal” las deficiencias en el transporte público. La calidad de aire de nuestras ciudades o capitales es preocupante, pero por difícil que parezca, hay sectores que piensan: ¿Realmente lo es?
Hace falta más compromiso de todos los sectores. Empecemos apuntando que el liderazgo debe de ser de los gobiernos, pues son ellos quienes velan por el bienestar de la población, son ellos, quienes deben de crear una Estrategia con desarrollo y cumplimiento, bajo una política pública, que se comprometan a hacer cumplir las leyes y regulaciones para el beneficio entero de la población, esa que adolece de muchos problemas debido a las consecuencias de nuestro obsoleto trasporte urbano.
La sociedad civil juega un rol importante al adoptar la movilidad eléctrica. Además de estar sufriendo los efectos de la mala calidad del aire, serán nuestros hijos quienes más sufrirán al no tomar medidas pronto.
Tendremos que cambiar la forma de transportarnos. Imagina que te subes a un autobús, uno moderno, eléctrico (has comprado previo tu asiento en la app), no será necesario llevar tu vehículo al trabajo y atascarse en los benditos tráficos, pues dispones de viajar en un autobús seguro, vigilado, limpio, con conductores respetuosos, además el gobierno te subsidia parte de las tarifas… suena un tanto utópico, pero soñar no cuesta nada. Tenemos que hacer una parada y exigir este nuevo modelo de transporte urbano que ya funciona en países de la región.
Sin duda, los empresarios estarán tomando esta ruta, serán ellos quienes, como operadores, con una nueva visión y nuevo emprendimiento facilitarán y pondrán en marcha los nuevos modelos de negocios junto con los gobiernos, también tendrán que cambiar su forma de pensar a la hora de adoptar la movilidad eléctrica.
El transporte público es un derecho. Merecemos un servicio urbano digno, respetuoso, seguro, inclusivo, uno cero emisiones para nuestro propio beneficio y de nuestros hijos. Nuestro viaje ha empezado, esperamos que más países pronto comience el suyo. En El Salvador se ha aprobado una Ley de Fomento con incentivos a la compra de vehículos eléctricos que incluye el transporte público, pero eso no es todo, falta mucho camino por recorrer.
El gobierno tiene que establecer las normativas y estándares que regulen esta ley, así como el reordenamiento del transporte público (algo verdaderamente difícil, más no imposible), las instituciones del Gobierno deben de trabajar en sintonía, junto con empresarios, sociedad civil, organismos internacionales de cooperación y demás actores. Todos en armonía para llegar a nuestro objetivo.
Un autobús contamina lo de 50 autos de combustión. Casi 13,000 Ton de CO2 en un plazo de 25 años por autobús viejo (que en el país son muchos). Yo prefiero ver un autobús eléctrico en las calles de San Salvador pronto, más que un Tesla. Aunque como amante de los vehículos, espero ver muchos de ambos. El autobús se electrificará antes que los vehículos. Ese será la meta de nuestro recorrido inicial, más no el final, porque el día ha empezado y aun le faltan muchos viajes por recorrer.
Un ejemplo de ello es Honduras, país hermano que puede dar un salto de calidad en incursionar en este tema, a través de la interesante visión que ha tenido el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), liderado por el doctor Dante Mossi, quien aplaude la iniciativa para que Centroamérica cuente “con una flota de transporte sostenible, sin contaminación del aire o sonido.
“¿Sera que podremos tener buses eléctricos en nuestra región? En el @BCIE_Org lanzaremos pronto un plan piloto con cada país miembro. Gracias @usembassyhn por su apoyo en esta misión. ¡Nos merecemos una flota de transporte sostenible, sin contaminación del aire o sonido!”, así lo ha expresado en su cuenta de Twitter, el Presidente Ejecutivo del BCIE, @DanteMossi
La invitación a subirse al autobús de la movilidad eléctrica está hecha. Como Asociación de Movilidad Eléctrica de El Salvador (ASOMOVES) estamos coordinando esfuerzos e integrantes para que se adopten este ecosistema de movilidad sostenible y que pronto sea una realidad la electrificación del transporte urbano en el gran San Salvador. ¡Subámonos a la movilidad eléctrica!