Redacción: Milady Cruz Fotos: Archivo
El masaje de pies y manos es una manera de ayudar a una persona a relajarse y sentirse mejor. La persona que lo da aplica presión de nivel ligero a medio o golpecitos en las manos y pies de la persona que lo recibe. Es una técnica fácil de aplicar, puedes utilizar aceite de romero y lavanda para masajear.
Algunos de los beneficios de los masajes en los pies y manos es que alivia y trata la raíz del descontento, neutraliza la fatiga, calma los nervios, preocupaciones y miedos. También, ayuda a alivia molestias, dolores y malestares, mejora la circulación.
Asimismo, nos ayuda a atenuar los desórdenes de ansiedad, insomnio, dolores de cabeza o simplemente para lograr una relajación profunda y placentera, de estos últimos explicamos cómo y dónde aplicar el masaje para aliviar sus síntomas, cuando no podemos por algún motivo ir a que nos hagan un masaje de reflexología.
Los masajes de manos y pies se pueden hacer en casa, sólo debes asegurarte de que la persona quien lo recibe se encuentre en una posición cómoda, el experto puede regular la presión del masaje con base en las necesidades, la condición, la edad y el grado de comodidad que el paciente presenta.
Según los especialistas, existen pocos riesgos relacionados con el masaje de manos y pies. No se recomienda a personas que tengan heridas, fracturas de huesos, cáncer o una vía intravenosa en manos o pies.
A la hora de aplicar un masaje profundo o firme puede causar un moretón en la piel y no se recomienda para personas que tengan un trastorno hemorrágico, recuentos bajos de plaquetas o que tomen anticoagulantes. La recomendación es dar golpecitos suaves y delicados para quienes presenten cualquier enfermedad de mayor cuidado.
Primeros pasos para el masaje de manos y pies
Debes asegurarte de que la persona esté sentada o acostada cómodamente. Puede ser en su cama, una camilla u un sofá.
Asegúrate de que estés de pie o sentada cómodamente y de que no haya tensión en tu espalda, a la hora de dar el masaje. Debes estar lo más relajada posible.
Lo mejor es que apagues los dispositivos electrónicos u otras distracciones. Si pones música instrumental de fondo, ayudará más para la concentración y relación de la persona que lo recibe.
Comienza con 2 a 3 respiraciones profundas y cómodas. Respira junto con la persona para que tanto tú como ella se relajen.
Es importante frotarse las manos antes de tocar a la persona para entibiarlas.
Ejerce presión de nivel medio a ligero, según lo que le sienta mejor a la persona.
Mantén el contacto piel a piel con la persona como sea posible.
Usa aceites o cremas para que tus manos se deslicen con más facilidad sobre la piel.
Realiza todos los movimientos en grupos de 3, te ayudará a que la persona se acostumbre al tacto.