Célida Magaña es una joven madre que destaca en el mundo de las comunicaciones al ser periodista y presentadora de noticias de una de las televisoras importantes del país… Canal 12. Una mujer que irradia su belleza pura desde su interior.
Es el fiel reflejo de lo que transmite en la pantalla, donde no necesita de mucho maquillaje para lucir esplendida y radiante, pues la luz que Dios ha puesto en su ser viene de adentro, desde su propio corazón, gracias a los valores y principios que han sido entregados por su madre, Doña Evelyn Henríquez.
Con mucho orgullo pero a la vez con humildad su madre destaca que de sus tres hijos, Célida, que es la segunda, fue la más tranquila y dedicada al estudio.
Inició en la televisión en 2004, tiempo desde el cual cada día le sirvió para su crecimiento profesional y personal.
Pero ¿Cómo combina a la perfección ese rol de profesional y ser madre?
Para conocer un poco más de Célida, cordialmente, abrió las puertas de su casa y su corazón, lo que la hizo mucho más especial por su naturalidad y transparencia.
Comparte que experimentó la dicha de ser madre a la edad de 20 años, Eduardo Andrés ahora de 13 años, su primogénito asegura que fue una bendición.
“Cuando tuve a Eduardo Andrés estaba estudiando aún mi carrera, licenciatura de comunicaciones, iba a tercer año me acuerdo yo y poder tener esa experiencia de seguir en los estudios, cuidar a mi bebé y convertirme ya en profesional y trabajar…llevar a la par esos roles, creo que ha sido una verdadera bendición de Dios”, confesó Célida magaña, quien también ha sido Embajadora de la Niñez y la Adolescencia de World Vision gracias a su carisma, valores y principios.
Con regocijo participa que ha tenido el orgullo de amamantarlos y disfrutar de ese rol de mamá, con las dificultades que tienen muchas mujeres del hecho de ser madres y que deben seguir estudiando.
Su segundo hijo, Diego Alejandro llegó a su vida cuando su primogénito tenía cuatro años y medio, lo que sin duda fue una nueva experiencia, aunque siempre la esperó. “Pero como esto es cuando Dios quiere y no cuando uno lo planifica”, expresó con su precisa sonrisa.
Con Diego revela, que ya tenía la experiencia de cómo cambiar pañales, amamantar, estimularlo, pero no la práctica de llevar los dos procesos al mismo tiempo, sobre todo porque Eduardo Andrés ya iba al kínder. “Comencé de cero, fue una experiencia bonita porque Eduardo Andrés al saber que iba a nacer su hermanito llegó al hospital con un gran rotulo que decía: “Estoy orgulloso de ser el hermano mayor”, detalló .
Ella nos compartió que pequeño Eduardo Andrés, siempre fue un hijo atento, servicial, cariñoso, colaborador, valores que fue formando también en su segundo hijo Diego Alejandro.
Para Célida ser madre joven ha sido el mejor regalo de Dios, ha tenido la oportunidad de disfrutarlos, aprender junto a ellos, porque como menciona no hay escuela o universidad para ser mamá. “Ha sido un gran bendición poder disfrutar hasta de los desvelos”, explicó quién de pequeña siempre soñó tener una familia de joven, y a quien le llegó la bendición.
Reitera que las satisfacciones vienen cada día al verlos felices, ver sus sonrisas, estar con ellos, poderlos apoyar.
Como madre primeriza detalla que lo más difícil que le tocó enfrentar fueron las primeras enfermedades de sus pequeños y que es algo natural porque los niños van tomando sus primeras defensas.
“Es normal que con las primeras gripes vengan las grandes preocupaciones de nosotros como mamás, los desvelos, al inicio que lloren y no poder saber o entender si llora de hambre, sueño, dolor, frío, pero tener ese aprendizaje juntos es una experiencia maravillosa, yo estoy tan agradecida con Dios porque los he disfrutado, he podido tener con ellos tiempo de calidad y cantidad, he disfrutado todo ese proceso de la maternidad”, subrayó Célida, quien disfruta de ser una mujer hogareña.
Aunque detalla que tener que compaginar el trabajo con la atención para con sus hijos ha sido bastante complicado porque trabajo en un medio de comunicación que exige estar en horarios y ocasiones especiales.
Sin embargo confiesa con satisfacción que poder desarrollarse como mamá y como profesional ha sido predominante en su vida.
“Creo que ha sido apasionante poder vivir esa experiencia de tener que ser una mamá muy activa, correr en muchas ocasiones para estar en el trabajo, pero también correr para estar con mis hijos cuando así lo amerita”.
No obstante destacó que en Canal 12 son muy flexibles y en ocasiones especiales, como el día de la madre le permiten poder compartir esas horas con sus hijos en el colegio. “Pedí unas horas para poder estar con ellos y disfrutar esos momentos únicos que se disfrutan una vez al año y que vale la pena vivirlos con junto a ellos”.
Célida con seguridad opina que aunque el trabajo exige, tiene demandas importantes que le apasiona hacer. “Y es que es algo que nos gusta y amamos hacer. Es lindo poder tener ambas cosas a la par y poderlas compaginar, a parte de las otras actividades que siempre corresponde hacer”, reveló.
“Mis jornadas inician a las 4:30 de la mañana y finalizan a las doce del mediodía, eso me permite que cuando mis hijos están en clases, yo puedo estar en el canal y después por la tarde poder dedicarme a otras actividades junto a ellos”.
“Me siento bendecida, soy una mujer plena, feliz, creo que tengo lo más importante en la vida, tengo a Dios en mi corazón, tengo una familia maravillosa, unida y me siento bendecida”. |
Aunque reconoce que cada uno de sus hijos tiene sus propios talentos, sus dones y su personalidad definida, si está de acuerdo que cada uno tiene habilidades diferentes y por eso ha procurado potenciarlas. “Los amo por igual y quiero acompañar para potenciar sus habilidades”.
Salir a pasear a la costa salvadoreña asegura es una de las actividades que más disfrutan en familia y que por fortuna se tiene muy cerca. “Nos gusta hacer turismo interno, los fines de semana procuramos participar en actividades en familia, dedicar ese tiempo para la familia y eso ha sido una de las cosas que nos ha mantenido unidos durante tantos años”.
Una madre dedicada a su hogar
Asimismo, se regocijan de cocinar juntos en familia, hacer pizzas, ya que indica que procura involucrarlos en diferentes actividades de la casa, no solo la cocina, sino también el aseo del hogar.
Pero al consultarle a Diego Alejandro, de ocho años que le gustaba más compartir con su mamá no dudo en expresar que disfruta mucho de los juegos de mesa, como los juegos de Wii, algo que pudimos evidenciar.
A su hijo menor, Célida además de su enorme amor, ha heredado a su pequeño el talento y por eso destaca también en el canto.
Para su hijo mayor, Eduardo Andrés, de 13 años, tener a Célida como madre es tener una figura que le guía, apoya y le ayuda en todo, que siempre está ahí.
“Lo que más me gusta de ella es su entusiasmo, me ayuda con todas mis tareas, su increíble arte que tiene, que creo que de ella heredé un poco porque toco guitarra, piano, violín y flauta. Ella es más de dibujo, pero que es arte es arte”, expresó con mucha seguridad su primogénito.
Su mamá… su reflejo como madre y mujer
Contar con una madre como Doña Evelyn Henríquez, un esposo responsable y amoroso con el que ha unido su vida desde hace 13 años, es parte también de las bendiciones que llegaron a Célida. “El apoyo de mi esposo ha sido fundamental para poder desarrollarme como mujer y mamá”.
A su madre agradece que haya estado, constantemente, dispuesta en apoyarle. “Ella siempre me dio la motivación para cumplir mi sueño, lograr mis objetivos y es parte de lo que yo hago con mis hijos, quiero estar con ellos hasta que Dios me lo permita quiero estar acompañándoles”, precisó.
Su madre, doña Evelyn Henríquez asegura que se siente bendecida de tener una hija talentosa, exitosa…“una buena madre de familia, más bendición no puedo tener. Mis nietos son mi alegría, mi vida, estoy súper entregada a ellos, todos los días me vengo de mi casa y los llevo al colegio para disfrutar más tiempo con ellos, más feliz imposible”, confesó con su voz llena de ternura.
En este día muy especial dedicado a las madres, Célida Magaña envió un mensaje a todas las madres a pedir a Dios para que les ilumine, para disfrutar al máximo ese camino de la maternidad junto a sus hijos. “Que no se nos olvide nunca que tenemos una gran responsabilidad sobre nuestros hombros, de formar nuevas generaciones que se preocupen por nuestro país, por nuestro planeta”, concluyó nuestra invitada.