Llega puntual a la cita luciendo con mucha discreción y elegancia un traje formal con camisa morada con rayas blancas delgadas y unas mancuernillas finas que le dan un toque personal a su vestir. Sus gafas dan esa distinción y por qué no, la impresión de un hombre culto.
En persona, no dista mucho de ese hombre que frente a las cámaras tiene un aspecto intachable, serio pero a la vez amigable y con carisma que destaca por su forma de ser:honesto y un hombre de palabra.
William Meléndez es afortunado porque toda la vida ha hecho lo que le gusta, tanto así que ahora lo considera forma parte de su ADN.
Nació en el seno de una familia modesta en Anamorós, La Unión, pero desde pequeño se encantó por leer las revistas de su padre.
Su perseverancia, esfuerzo y entrega a todo lo que hace le permitió poder llegar donde ahora está y salir en algún momento de ese pueblo que tanto le protegió y del cual guarda gratos recuerdos.
Se apasiona por ejercer el periodismo, eso que considera como una especie de droga pero buena, en positivo aunque no siempre se encuentre frente a las cámaras.
Meléndez es el periodista que vive, respira y se encanta de la profesión, un hombre que nunca se ha ido o se ha desvinculado de la labor comunicativa, al contrario, constantemente anda en busca de ese trabajo equilibrado, objetivo y plural.
“Dios ha sido bueno conmigo y uno llega donde está por cuestión de esfuerzo y perseverancia. El ser humano puede llegar a donde quiere y lejos pero no debe ponerse barreras”, compartió el comunicador que tiene entre sus libros de cabecera aquellos de Gabriel García Márquez.
Reconoce que Dios genera condiciones para entrar en nuevos proyectos y por el cual ahora produce y dirige el programa “Conexiones con William Meléndez” y donde entra en contacto con el público en TV0 canal 23, los días miércoles, jueves y viernes de ocho a nueve de la noche.
“Le pusimos Conexiones porque todo está conectado, los grandes temas de país son transversales a la vida de las personas. Porque nada de lo que ocurre es producto de la casualidad, todo está conectado, la vida misma es eso”, confirmó el periodista que disfruta de la comida asiática.
En su programa invita a funcionarios y especialistas que analizan la realidad salvadoreña para que juntos entablen ese diálogo sobre esas temáticas de interés nacional y donde permite a los oyentes su participación al abrir los teléfonos para su intervención en la entrevista y despejar así dudas con los invitados.
Y es que para el comunicador, que fue nombrado como Periodista del Año por la Asamblea Legislativa en 1998, el ejercicio periodístico tiene que ver con el compromiso social con la gente para que pueda avanzar y desarrollar.
Para lograr hacer un periodismo serio, responsable y democrático agrega es necesario que se abran espacios de participación responsables y sirvan para educar a las personas.
“Para que el periodismo pueda avanzar hay que madurar más y también repensar cómo utilizar las redes sociales para el uso de la democracia y hacer un periodismo responsable y que permita ir creciendo”, enunció.
En la actualidad dice que el periodismo tiene que entrar en la dinámica sobre cuál es el aporte que se da para cambiar el país y ejemplifica que ha disfrutado diferentes etapas como para los Acuerdos de Paz, donde se tuvieron saltos cualitativos.
“El tema es cómo el ejercicio periodístico ayuda a crear otras condiciones, sea más incluyente, ponga los temas en agenda porque la pobreza no se termina, hay que mostrarle a la gente cuáles son los problemas que hay, la responsabilidad de educar e informar la tenemos”, manifestó.
Aunque confirma que está en momentos de desafíos y donde se tiene que impulsar un periodismo que contribuya a la superación del país.
“La propuesta ahora es como el medio o la propuesta tiene suficiente contenido y argumento para que pueda ayudar a construir país”.
Una niñez entre el calor de los amigos, hermanos y rodeado de naturaleza
Ya después de entrar en confianza, William Meléndez compartió que nació en el seno de una familia disfuncional, con una madre que debió emigrar para poder sacar adelante a sus cuatro hijos y un abuelo que inculcó valores como la honestidad, transparencia y compromiso en la palabra.
Estudiar en centros educativos públicos le permitió adquirir los conocimientos básicos y necesarios para saber que quería ser alguien en la vida, pero que también debía esforzarse para lograr su cometido.
En sus tiempos libres, rememora disfrutó de la convivencia con los amigos del pueblo, que se juntaban en el corredor del convento del padre Carlos Ayala, pero no para escuchar misa sino para disfrutar de los programas infantiles que salían en la televisión.
“Ahí nos congregábamos todos los niños a ver televisión, donde la convivencias con los amigos era genial, disfrutábamos de un río donde nos íbamos a bañar sobre todo en el invierno”, menciona con emoción pues como bien dicen recordar es volver a vivir.
De su adolescencia recuerda que al salir de vacaciones del centro de estudios pasaba junto a sus hermanos en el terreno de su abuelo en el Tamarindo, “Loma Larga” y donde aprendió a realizar actividades agrícolas, inyectar ganado, atender el parto de las vacas y hasta para manejar para transportar los fertilizantes.
Confiesa que gracias a Dios tuvo la bendición de contar con un abuelo y una abuela que les apoyaran en los estudios, mientras su madre trabajaba fuerte en los Estados Unidos.
Detalla que Dios ha sido bueno con él y por eso le mostró siempre los caminos que debía seguir, es por eso que estudiar bachillerato en el Instituto Nacional de San Miguel bachillerato automotriz le permitió aprender a armar y desarmar automotores, que a la larga también le sirvieron para hacerlos con las ideas.
Leer las revistas de su padre en una hamaca sin duda le valió para que decidiera estudiar en la Universidad Nacional de San Miguel y después venir a San Salvador a terminar la carrera de periodismo.
Colaborar como redactor en el Diario Co Latino fue la plataforma para que posterior gracias a su dedicación, temple y esfuerzo obtuviera su primer salario en Radio Sonora.
Incorporarse posterior a la agencia de noticias SALPRESS le permitió además de ganar experiencia poder abrirse más espacios en el medio.
Es así como después pasa a formar parte de la plana de Canal 12 primero como reportero y posterior, ocupando el cargo de director de noticias y entrevistador principal.
“Mi vida periodística ha sido en televisión porque del 93 y hasta donde estoy hago periodismo televisivo, mi meta siempre fue hacer un buen periodismo, responsable, profesional, con excelencia”, puntualizó.
Meléndez asegura que todo lo que es se ha construido a base de perseverancia y de la mano de Dios.
“Yo siempre digo que todo lo logrado es de la mano de Dios”. “Dios te da las oportunidades y uno tiene que saber aprovecharlas”.
Como periodista mencionó que a pesar de toda la tensión que generaba le encantaba entrevistar a líderes como Schafik Hándal, pues era un hombre muy comprometido.
Conversar con Oscar Arias, un nobel de la Paz, Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica, también ha sido significativo para él.
Aunque asegura que acontecimientos que le han marcado han sido la Firma de los Acuerdos de Paz y así como hechos dolorosos como el Asesinato de los Jesuitas, y la muerte de la Secretaría General de FENASTRAS, Febe Elizabeth Velásquez.
Un hombre, esposo y padre hogareño
William Meléndez comparte que está felizmente casado y que producto de ese bello y sublime amor engendraron un hijo, William Eduardo quien ahora estudia medicina.
En sus tiempos libres menciona disfruta de compartir en familia al igual que ir a la iglesia, donde asiste después de experimentar circunstancias adversas junto a su otra mitad, su esposa.
“La familia es la principal empresa que uno tiene. El emprendedurismo más grande y más difícil”, confesó.
Un hombre que disfruta de las pequeñas cosas de la vida, pero si es en familia mejor, como cortar la grama junto a su hijo, así como ir a la playa.
“Lo que te lleva siempre adelante es cuando pones la mirada en Dios. Cuando llegamos a la iglesia nos dimos cuenta que a través de la palabra Dios te fortalece, da vida, y con los altos y bajos debes confiar en Dios… Hay que perseverar”.
Es por eso que para el comunicador, Dios no es algo etéreo sino real siempre y cuando lo viva en sus actos diarios.
El periodista señala que los problemas que tiene el país son de “miseria humana” pues hay “pocos solidarios”, no es una miseria económica, sino que tiene que ver con la parte espiritual con el tema de la solidaridad pues no se ejerce ese principio de dar a los demás.
“En este país hay un problema serio de miseria humana, pues gente tiene recursos y son incapaces de ayudar a los demás”, finalizó.
Es de esta forma que conocimos otra faceta de William Meléndez, ese hombre que se identifica con hombres de la biblia como José y el faraón por ese poder de bondad y perdón hacia sus semejantes.